Ayer escuchaba en la radio como cierto personaje promovía las medidas de prevención ante el rebrote influenza A H1N1 (¿lo dije bien?) y advertía de no automedicarse ni irse con la finta de adquirir medicamentos milagro, estos que de tanto que anuncian en la tele comienzo a creer que en verdad pueden servirme para detener la gastritis, la caspa, el pie de atleta, la anorgasmia, etc. Pero cuando el personaje en cuestión hacía referencia a los medicamentos “milagro” no pude más que pensar ¿y acaso que no es un medicamento MILAGRO lo que necesitamos en estos momentos en que ni el presidente, ni los diputados hacen una propuesta de presupuesto que beneficie a TODOS LOS MEXICANOS? ¿Acaso no serán milagros los que tendremos que hacer el año entrante que ganaremos menos y que todo costará más? Necesitamos un milagro para que los senadores se den cuenta que aumentar el impuesto sobre el internet solo frena el desarrollo.
Por lo pronto y mientras entre panistas y pristas buscan deslindarse del milagrito yo estoy mandando a la Secretaría de Hacienda y a las cámaras un cargamento con los siguientes medicamentos milagro y a ver si así se corrijen los males de nuestros gobernantes.
Nota: Tenemos también ya las efectivas pastillas de despendejol que tanto le sirvieron a la selección Mexicana, así que si tienen un pedido especial, diganme pa' quien va y con gusto se las mandamos. (a los pumas les urge)